Una de las piezas más singulares de L’Alcúdia es la conocida como “crátera de Ilici”, un vaso reconocido ahora como un cantharus romano de carácter ritual, contextualizado en la época de la segunda fundación colonial de la ciudad y con una iconografía en la que se identifica, entre otros elementos, la efigie del emperador Augusto.
Nombre: Crátera de Ilici
Procedencia: Domus 5F de La Alcúdia
Material: Cerámica
Cronología: Alrededor del año 10 a.C.
Fue en 1988, a finales de septiembre, cuando se produjo el hallazgo. Rafael Ramos dirigía su excavación anual en el yacimiento arqueológico de La Alcudia en el área de las domus, precisamente en una zona aledaña al lugar donde su padre, Alejandro Ramos Folqués, descubriera en 1959 el famoso mosaico helenístico con grafía latina, expuesto hoy en el Museo Monográfico del parque arqueológico [Fig. 1].
Durante estos trabajos de excavación surgieron —por debajo de un pavimento romano y en niveles denominados como “iberorromanos” — dos conjuntos con varios objetos de diversos materiales como hueso, metal y terracotas decoradas, además de un pequeño entalle de cornalina con una imagen grabada donde se puede observar, ampliando la imagen, un capricornio con tridente [Fig. 2]
Los protagonistas del conjunto eran varios vasos cerámicos entre los cuales destacaba un crateriforme [Fig. 3] que ha llegado a nuestros días con el apelativo de “la crátera de Ilici”, con decoración pintada típica de los talleres locales ilicitanos y con clara influencia romana en cuanto a su forma.
Desde el momento de su aparición fue objeto de múltiples estudios, ya que el vaso ha suscitado gran interés, en especial por su interpretación iconográfica. Pero también su forma, que ha sido revisada en trabajos actuales donde, observando con más precisión la pieza, se ve claramente que en realidad se está reproduciendo un cantharus romano, una copa para beber vino en el symposium asociada a Baco y Dionisos.
El cantharus de Ilici es una copa de pie alto y doble asa que se utilizaba en banquetes rituales. Tiene un diámetro de 17’5 cm y la misma medida para su altura, enmarcándose en los parámetros de la cuadratura del círculo [Fig. 4]. En cuanto a su iconografía, está dispuesta como si del anverso y reverso de una moneda se tratara, con dos caras diferenciadas a ambos lados de las asas.
En el anverso del vaso aparece el rostro de la diosa femenina alada surgiendo de la tierra [Fig. 5]. Sus facciones son cuadrangulares, sus ojos miran al espectador fijamente con expresión seria, evocando a la imagen de Dea Caelestis, y que quizás quiera representar el sincretismo religioso de la deidad de carácter local con la Juno romana.
La lectura del reverso del vaso nos muestra dos cabezas masculinas separadas por dos serpientes entrelazadas; pero ¿cómo se dieron cuenta de que era el perfil del emperadorAugusto? Fue viendo una moneda acuñada en la ciudad de Lucus (Lugo) con la imagen del emperador, en la que se apreciaba la enorme semejanza entre su rostro y el del vasoilicitano [Fig. 6].
Fijándonos en la imagen del cantharusdeIlici, se trata del rostro situado a la izquierda, donde aparece un hombre joven con la nariz recta, barba hirsuta, flequillo corto que cae a mechones sobre su frente y orejas pequeñas y salientes. Junto a su cuello aparece representado el lituus, una vara terminada en espiral que simboliza su condición augural y de poder.
En cuanto al resto de la iconografía de esta cara del vaso, el otro rostro masculino aparece con la cabeza cubierta, o bien con un velo o quizás con el gorro sacerdotal llamado galerus, en cualquier caso, indumentaria que revela su condición sagrada [Fig. 7]. Las dos serpientes entrelazadas con barba y cresta son genii, genios o espíritus protectores romanos, que conectan con el inframundo.
Recopilando toda la información, se puede afirmar que se trata de un vaso de tipología romana, datado en torno al año 10 a.C. –momento relacionado con la llegada a Ilici de numerosa población romana- cuya iconografía puede estar dándonos testimonio de la fundación de la Colonia Iulia Ilici Augusta entre los años 27 y 25 a.C.
El hecho de que esta copa esté realizada en talleres de artesanos locales, y que tenga una iconografía que nos habla del nuevo orden establecido por Augusto tras su fundación, constituye una muestra del sincretismo de una sociedad en fase de romanización, representada en un cantharus creado para un rito fundacional.
La suma de todos estos indicadores iconográficos, pero especialmente el dibujo de un capricornio con las patas delanteras extendidas en el entalle de cornalina, es lo que ha verificado la relación directa de este depósito votivo con el emperador Augusto, ya que fue a partir del año 31 a.C., tras la batalla de Accio, cuando Augusto adquiere el capricornio como su símbolo personal [Fig. 8].
Si a ello añadimos que fue Augusto el que edificó un templo capitolino en honor de la diosa Juno en Ilici, no sería de extrañar que la diosa del cantharus representara el sincretismo de la deidad local con la Juno romana.
En conclusión, podemos afirmar que el cantharus de Ilici es una pieza excepcional por su simbología y por su carácter sagrado, donde contemplamos una de las últimas obras de la tradición alfarera ilicitana. De confirmarse que el rostro pertenece al heredero de Julio César, estaríamos ante la única imagen pintada de Augusto de todo el orbe romano.
Autora|Susana H. Soler
*Este artículo está basado en estudios llevados a cabo por A. Ronda y Mercedes Tendero, arqueólogas de la Fundación Arqueológica L’Alcúdia de Elche. Agradecemos también las imágenes gráficas que han compartido ambas arqueólogas para su publicación.
Más información: L’Alcúdia d’Elx. Un paseo por la historia y el entorno
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