El Torso del Guerrero de Ilici representa uno de los mejores ejemplos de la estatuaria ibérica que el yacimiento de La Alcudia nos ofrece. Desde su descubrimiento representa un elemento de gran interés arqueológico debido a su calidad técnica rica en detalles, y a su carga simbólica que invita sobremanera a su investigación e interpretación. Sin embargo, esta pieza ha tenido que vivir a la sombra de la que podríamos llamar su “hermana mayor”, la archiconocida Dama de Elche.
Fotografía: Autor.
Nombre: Torso del Guerrero
Procedencia: Sector 10B
Material: Escultura
Cronología: V y IV a. C
La estatuaria ibérica constituye una de las principales manifestaciones artísticas que hemos conservado de esta cultura protohistórica, manifestación que está presente en La Alcudia materializada en numerosos restos escultóricos de excelente calidad técnica, de los que podemos resaltar algunos ejemplos significativos como la “Dama de La Alcudia”, la Dama de Elche o el que aquí nos ocupa, el Torso del Guerrero.
Ilustración del Guerrero y la Dama. Autor: Angus Mc Bride.
Se trata de un fragmento de escultura realizado en piedra caliza del que se ha conservado desde el cuello a la cintura, presentando unas dimensiones de 42x 38x 22 cm, que nos muestra un torso masculino ataviado con la vestimenta propia de un guerrero íbero o celtíbero.
El torso aparece cubierto por una túnica de escote angular sobre la que se ciñe un disco pectoral o KardioPhylax de unos 20 cm de diámetro, formado por dos placas discoidales unidas por cuatro correas. Por último, podemos observar que a la altura de la cintura porta un cinturón de placas.
Guerrero íbero con panoplia. Fotografía: Pegaso Models S.r.l.
Su descubrimiento se realiza en 1949, momento en el que este busto aparece reutilizado junto a otros fragmentos de escultura, formando parte de la cimentación de una calle situada al sur de la estructura conocida como Templo Ibérico hallado en 1990, por debajo de los niveles de una basílica paleocristiana.
Tras su descubrimiento esta pieza comienza a despertar interés entre los diferentes estudiosos sobre la materia, debido a su riqueza de detalles que parecen ocultar cierto significado simbólico. Por lo que respecta al detallismo de la imagen podemos resaltar, en primer lugar, la decoración de las correas superiores, así como del disco central de la coraza donde destaca la imagen de una cabeza de lobo en altorrelieve, detalle al que se le ha atribuido un importante carácter simbólico y apotropaico, dando lugar a diferentes teorías en base a su significación dentro del mundo ibérico.
Detalle del lobo sobre el disco pectoral. Fotografía: Autor.
Por lo que refiere a la interpretación, la pieza ha sido datada entre los siglos V y IV a. C, debido a su semejanza con la arquitectura que se venía realizando en estas centurias. En cuanto a su ubicación original, se plantea que pudiese formar parte de un monumento arquitectónico tipo Heroon, cuyos paralelos más próximos podemos encontrarlos en Porcuna o el Pajarillo (Jaén). Supondría, por tanto, un símbolo del enaltecimiento de los antepasados míticos de un grupo dirigente o de prestigio dentro del contexto social del momento.
Heroon de Sagalassos (Turquía). Fotografía: HolyLandPhotos´ Blog.
Esta teoría podría servir para justificar su ubicación en el momento del descubrimiento dado que, ante un posible cambio de poder, estos símbolos de la autoridad anterior serían eliminados y empleados como mero material constructivo para las estructuras que se realizasen en tiempos posteriores; este proceso es bastante común en el mundo antiguo siendo conocido como Damnatio Memoriae.
Al margen de estas teorías tradicionales sobre la representación de un linaje mítico de dirigentes íberos en el territorio de Ilici en base a la imagen del lobo, se han desarrollado en los últimos años hipótesis que difieren de esta interpretación. La principal teoría al respecto se fundamenta en la tipología de coraza que se representa por su relación con los grupos celtibéricos de la Meseta oeste.
Documentación fotogramétrica del Torso del Guerrero de La Alcudia. Autor: Pablo Aparicio Resco (PAR – Arqueología y Patrimonio Virtual; www.parpatrimonio.com), 2014.
Según esto, la pieza supondría un elemento de prestigio y poder al proceder de un grupo cultural distinto, asociando así el poder con lo “extranjero”. Constituiría, por tanto, un claro elemento de autoafirmación y autorrepresentación de una clase dominante a través de una iconografía que busca representar las capacidades políticas y militares.
En definitiva, el misterio de la interpretación de esta pieza gira principalmente en torno a la simbología del lobo dentro del mundo ibérico, donde este animal goza de gran protagonismo como podemos ver en las numerosas representaciones que existen de éste sobre distintos soportes como cerámica, bronce, escultura, etc.
La visión mas extendida con respecto al lobo lo relaciona con la representación de la fiereza y el ardor guerrero, de ahí que aparezcan representaciones de éste en escudos y pectorales, mostrando relación con el mundo de la guerra. Por otro lado, también su representación en recipientes funerarios lleva a conectarlo con el mundo del más allá, entendido como un guía para el guerrero hacia el descanso eterno.
Torso del Guerrero. Fotografía: FLA.
Esta relación del lobo con la fiereza y la guerra es fácilmente comprensible debido a la concepción que se tiene de él como principal enemigo de la ganadería, actividad que tiene una gran importancia en una sociedad como la ibérica. También su gran maestría y organización en manada resulta objeto de admiración de cara a la perspectiva guerrera de un grupo humano.
La figura del lobo no solo estuvo presente en el imaginario ibérico, sino que también podemos encontrarlo presente en otros mundos simbólicos como el griego, el egipcio o el romano. Así en Egipto Osiris adopta la forma de un lobo para salvar a Isis y Horus de Tifón, en Grecia encontramos al lobo relacionado con dioses como Apolo o Zeus (Zeus Lykaios), finalmente en el mundo romano podemos ver como se mantiene esta relación con Zeus y Apolo dado que, por ejemplo, el animal que amamantó a Rómulo y Remo, los fundadores de Roma, fue una loba.
Loba capitolina, escultura en bronce. Fotografía: Musei Capitolini.
En definitiva, nos encontramos ante una pieza de gran interés principalmente por su profundidad simbólica que puede aportar datos significativos sobre las creencias en las sociedades prerromanas.
Autor| Pedro Ramón Baraza
*Agradecemos a Rafael Ramos Fernández la cesión de la ilustración de Angus Mc Bride.
Más información: L’Alcúdia d’Elx. Un paseo por la historia y el entorno
Ilici, un proyecto arqueológico 
Buen articulo, supongo que conoceis el llamado «Tesoro de Tivissa» donde hay una patera con una cabeza de lobo muy interessante.
http://www.mac.cat/Seus/Barcelona/Exposicio-permanent/Els-ibers/Una-vaixella-de-luxe/El-Tresor/Patera-1
Efectivamente Jaume, es muy semejante al nuestro. También los umbos de algunas páteras están decorados con animales fieros o personajes mitológicos como Gorgona, siempre con la intencionalidad de «asustar» al posible enemigo que se situara frente a él. Así pues, en ambos casos, la propiedad intimidatoria sería la que se persigue al situarlos en la parte central, tanto en los pectorales de una panoplia, como en un vaso ritual de plata como es la pátera de Tivissa.
Muchísimas gracias por tu interesante y oportuna aportación .